Alemania-Chile: El primer amistoso también fue en Stuttgart
Revisa los comentarios y análisis de la revista “Estadio” con ocasión del encuentro entre ambas selecciones en 1960, que terminó con victoria germana por 2-1.
Por Laurencio Valderrama P.
Cita con la historia. La selección chilena visita este miércoles a Alemania en Stuttgart y se reencuentra con la ciudad donde, curiosamente, el recordado equipo de Fernando Riera jugó un amistoso ante los germanos en 1960, como preparación al Mundial Chile 1962 donde lograría ese increíble tercer lugar.
Ese cotejo se disputó ante 80 mil personas en el antiguo estadio Olímpico un 23 de marzo y el equipo de Herberger se impuso con doblete de Haller (72′ y 76′). El cuadro nacional se había puesto en ventaja con tanto de Juan Soto (22′).
Un año más tarde, el 26 de marzo, vendría la revancha en el Estadio Nacional, pues la ‘Roja’ cumpliría una gran actuación para ganar por 3-1 con doblete de Leonel Sánchez y un tanto de Eladio Rojas.
Luego vendrían otros cuatro partidos con la Alemania Federal, entre ellos las dolorosas caídas del Mundial de Alemania 1974 (0-1) y la Copa del Mundo ‘España 1982’ (1-4).
Pues bien, en esta ocasión Radio Sport les invita a revisar algunos párrafos y extractos de la Revista Estadio de aquella época, escritos por el entrañable “Jumar”, don Julio Martínez Pradanos, de ese partido disputado en Stuttgart: el primero entre la ‘Roja’ y Alemania.
Revista Estadio N° 879 – 31 de marzo de 1960
“PUDO GANAR CHILE”
Gracias a una admirable levantada, la selección nacional inquietó realmente al poderoso conjunto alemán.
Comentario de Julio Martínez, Jumar, Enviado Especial de “Estadio”
Fotos de Eugenio García.
“Alegría en Stuttgart. Después de largos meses aparece el sol. Tibio, agradable, primaveral. Por fin sin abrigo. Los alemanes apuntan cortesmente que es un homenaje para Chile… Y el equipo juega como si estuviese en el Estadio Nacional. Es lo más importante”
“Chile jugó con más chispa (en comparación a una dura caída ante Francia), con menos respeto, más ambientado a este fútbol de choque tan tosco a la vista y tan difícil en el campo. La formación revela a las claras un predicamento más de acuerdo a nuestra personalidad futbolística (…) ahora entraron tres forwards atrás y dos adelante (en alusión a Mario Moreno, Alberto Foullioux, Juan Soto, Leonel Sánchez y Braulio Musso)”.
“Y ocurre que con Alemania, fuerza casi imbatible en su suelo, se estuvo a punto de empatar y hasta se pudo ganar. La reacción posterior en los vestuarios lo explica todo. Esta vez no hubo lágrimas. Todos y cada uno sabían que cumplieron por sobre lo previsto. Pero existía malestar, tristeza, desasosiego…”
“(Hubo) 80 mil personas. Pudieron ser más. Las localidades se agotaron. Banderas chilenas en la calle principal. Cierre de fábricas a media tarde. Fiesta en Stuttgart para ver a Alemania… y también a Chile. Nadie reparó en el score de Francia (goleada en contra). En Europa no dan tanta importancia a los resultados como en nuestro país. Les preocupa más lo global. Se trazan un plan y lo cumplen a despecho de cualquier contingencia. Al final, sacan conclusiones. Tienen más paciencia, espíritu de observación, tranquilidad. Tienen más años”.
“A los doce minutos Juan Soto se pierde un gol hecho (…) Tiró Musso de media vuelta y el balón dio en el travesaño. Entro Soto y levantó el rebote. El arquero estaba caído… Menos mal que a la cancha no se puede entrar. Era para azotarlo…
“… Diez minutos después hay una falta en un costado del área alemana. Sirve Moreno a manera de centro. Con mucho efecto. Surge Soto y cabecea hacia un costado. La pelota da en un poste. Entra… Sí, entra en el arco… La saca el arquero desde muy adentro… El árbitro señala el centro. Gol. Gol chileno. Primer gol chileno en Europa. Los jugadores congratulan a Soto. Sin excesos. Sobriamente. Qué lástima que no se pueda entrar a la cancha. Ahora para abrazarlo…”
“Los minutos pasan y el 1 a 0 se mantiene. El público está en silencio. El cuadro alemán se desgrana. Lucha, porfía, ataca desesperadamente. Pero como si chocara contra un frontón. Y eso que Coloma (arquero) sale mal varias veces. Siempre hay alguien que despeja (…) Luco, Rodríguez y Eyzaguirre imitan a los defensas europeos y saludan a Tilkowski (portero). Puede ser que no olviden la lección. Y se llega al descanso con Chile en ventaja”.
“En el camarín se supone que Alemania reanudará la brega con vigor renovado (…) Y así se sale. Pasan diez, quince, veinte minutos y el chaparrón no se hace esperar. Como esas nubes gordas que anticipan su visita y descargan su fuerza en un proceso incontenible. Así cargó Alemania. Con todo. Pero sin huecos vitales. Sin poder entrar libremente. Sin poder dar con el claro. Centros, corners, tiros libres. Todo murió en el área chilena”.
“Se puede ganar perfectamente. 80 mil personas en silencio. De pronto Haller se va por la izquierda. No hay mayor peligro. Lo hace. Resulta muy ceñido. Casi tiro al arco. Coloma está un poco adelantado. La pelota lo sobra. Puede entrar… Sí, va cayendo… Gol… Gol alemán. !Qué suerte! Eso por un lado. Por el otro, flaqueza del arquero. Y hace tanto tiempo que Chile no tiene un gigante en el arco. Lamentablemente el ‘Sapo’ (Livingstone) no fue eterno”.
“Se produce un rechazo largo. Tres rojos pueden rechazar. Eyzaguirre, Luco y Sánchez. Entre ellos corre un blanco. Eyzaguirre deja a Luco. Luco a Sánchez. ¿Qué pasa? ¿Es posible? Ninguno interviene. Se mete el blanco. Es Haller. Combina muy bien con Seeler. Cuidado. Entra a toda marcha por el centro. Dispara a la entrada del área. Seco, bajo, a un costado. !Gol alemán! !Gol alemán! Muy bien logrado, pero es de no creerlo. Obsequio chileno a los 31 minutos (76′ de juego). Dos regalos en cuatro minutos. Y de una defensa que había estado inspirada”.
“Y se pierde lastimosamente un partido duro, difícil y tremendo. Un partido que se pudo ganar. Hubiese sido histórico. Pero la historia no quiere nada con el fútbol chileno, porque nuestros futbolistas siempre frustran agónicamente las ilusiones que ellos mismos se construyen. Los dos equipos se forman en el centro. La despedida es cariñosa. Chile ha sido una sorpresa. Los cronistas llegan asombrados al vestuario ¿Cómo pudieron perder así en París (ante Francia)?. Es imposible”.
“Sin caer, pues, en el socorrido consuelo de las derrotas honrosas y las rehabilitaciones morales, queda la satisfacción indiscutible de haber respondido a una contingencia de suyo atrevida con entereza, atributos técnicos y dignidad”.
JUMAR