
La Roja se enfrentó a Paraguay esta noche en el Estadio Defensores del Chaco, donde sufrió una derrota por la mínima.
A pesar de que Chile tuvo un par de ocasiones en el primer tiempo para abrir el marcador, no logró concretar.
La Roja se presentó con una formación 4-1-4-1, donde Rodrigo Echeverría ocupó el centro del campo, apoyado por Arturo Vidal y Vicente Pizarro como interiores. Alexander Aravena y Lucas Cepeda se encargaron de los extremos, asumiendo sus responsabilidades defensivas a lo largo de la banda. Chile optó por una estrategia de espera, dejando a Eduardo Vargas solo en la delantera. Antes de que se cumplieran los 10 minutos, Aravena y Cepeda intercambiaron posiciones, un movimiento que resultó favorable para la Selección.
El inicio fue angustiante, creando un ambiente más sombrío: un partido incómodo y con escasa posesión del balón. Sin embargo, esa presión paraguaya comenzó a disminuir. Pasados los 20 minutos, La Roja empezó a tomar aire y a salir, encontrando espacios para crear peligro. Lucas Cepeda se trasladó a la banda derecha, convirtiéndose en el jugador más destacado en el ataque. Por ejemplo, realizó un gran pase a Aravena, quien se dirigía directo al arco, pero Cáceres logró interceptarlo. La mejor oportunidad de La Roja llegó a los 28 minutos, nuevamente gracias a Cepeda. Desde la derecha, enganchó y sacó un potente zurdazo rastrero que obligó a Roberto Fernández a estirarse.
Mientras el ex Wanderers hacía su diagonal, por el otro lado Aravena se mostraba profundo, aunque le faltó mejor definición en sus oportunidades. Chile se fue al descanso con buenas sensaciones, compitiendo en el partido. En el aspecto ofensivo, lo de Paraguay fue bastante limitado. Miguel Almirón tuvo que retroceder al centro del campo para intentar intervenir, mientras que a Toni Sanabria le llegaban pocos balones en buenas condiciones. Los dirigidos por Gareca registraron un 59% de posesión en la primera mitad.
La segunda mitad comenzó de manera similar a la primera, con Paraguay presionando y Chile resistiendo. La Albirroja no necesita tener la pelota para causar problemas al rival y marcar. Saben aprovechar los balones parados, y así llegó el 1-0. A la hora de juego, tras un doble rebote en el área, Omar Alderete hizo contacto y venció a Cortés. A partir de ahí, Chile tuvo que remar contra la corriente. A pesar del gol, el equipo necesitaba renovar energías. Vidal mostraba signos de cansancio y su falta de ritmo era evidente.
Gareca “reaccionó” al introducir a Diego Valdés en lugar de Aravena. Si el gol llegó a los 60 minutos, fue recién a los 71 que el DT realizó tres cambios: Luciano Cabral, Fernando Zampedri (su debut con la selección) y Charles Aránguiz. La Roja tomó control del balón ante un Paraguay que se defendía bien (lo que les convenía). No había otra opción que arriesgar, dejando espacios para el contraataque. El dilema fue que Gareca sacrificó a uno de los mejores chilenos, Lucas Cepeda, al sacar a Darío Osorio en los minutos finales.
Valdés no ofreció las respuestas que el equipo necesitaba, mientras que un entusiasta Zampedri buscaba balones cerca del área, aunque sin éxito ante Balbuena y Alderete. En el tiempo de descuento, un remate de Osorio exigió una buena intervención de Gatito Fernández. La tabla de posiciones es clara.
Chile solo suma nueve puntos. Aún no gana como visitante y las oportunidades de sumar se reducen. Las dudas sobre Gareca y su equipo regresan. El enfrentamiento contra Ecuador se convierte en una final. Es la última oportunidad.