Por Gonzalo Querol.
Si el goleador histórico del Barcelona pudiera pedir algo en su carrera deportiva, sin dudas sería conseguir un título adulto con la selección argentina. Ya con 27 años y tres mundiales en el cuerpo, el nacido en Rosario no puede replicar en la Albiceleste, sus épicas y avasallantes actuaciones como lo hace en el Barcelona, donde ha pulverizado todo tipo de récords.

En 2004, un pequeño y habilidoso jugador de la Masía, comenzó a llamar la atención del mundo futbolístico en Cataluña. La Federación de Fútbol de España tomó la iniciativa y lo citó a la selección sub-17. En AFA se enteraron de esto, y los videos terminaron por confirmar el talento del joven argentino. Primero se contactaron con su padre Jorge, luego Lionel dio el “sí”. Rápidamente Julio Humberto Grondona, organizó un partido amistoso sub-20 ante Paraguay, el partido no importaba, solo se realizaba para blindar al rosarino y evitar que terminara jugando para España, incluso se aceptó que los guaraníes presentaran un equipo sub-22.
Messi debutó en su país en el estadio de Argentinos Juniors, al igual que Diego Armando Maradona. Hugo Tocalli que era el técnico de aquella selección, dispuso que el juvenil de Barcelona ingresara en el segundo tiempo. Argentina terminó ganando por 8-0 y el veloz y desequilibrante jugador marcó el séptimo gol.
Las cosas empezaron bien para el talentoso 10, al año siguiente jugó el Sudamericano de Colombia y clasificó al mundial sub-20 de Holanda. La selección argentina terminó ganando ese campeonato y Messi recibió la bota y balón de oro, distinciones al goleador y mejor jugador del torneo respectivamente.
Tras las buenas actuaciones juveniles, José Néstor Pékerman lo hace debutar en la selección adulta, en un amistoso el 17 de agosto de 2005. No obstante, Messi tendría el debut menos pensado, ya que en menos de un minuto fue expulsado luego de unos agarrones con el defensor húngaro Vilmos Vanczák.
Con tan solo 19 años jugó su primer mundial, Alemania 2006. Habitualmente ingresó en los segundos tiempos, marcó un gol en primera fase, pero Alemania se cruzó en el camino de la selección de Pékerman y la eliminó.
En 2007 y con Alfio Basile como nuevo técnico, Messi armó una bonita dupla con Juan Román Riquelme, que les permitió llegar a la final de la Copa América de ese año. Pero en el partido decisivo una desconocida argentina cayó por 3-0 ante Brasil. Esta fue la primera gran decepción de Lío en la selección.

En 2008 el rosarino se tomó revancha en los JJOO. La Albiceleste sin sobresaltos se adjudicó la medalla de oro, en Pekín se vio un Messi brillante, con grandes jugadores a su lado como Riquelme, Agüero y Di María entre otros. De esta forma Argentina retuvo la medalla dorada que había conseguido la selección de Bielsa en Atenas 2004.
En el mundial de Sudáfrica 2010 y con Diego Maradona como técnico, se creía que el 10 argentino podía explotar y replicar en la selección sus actuaciones del Barcelona. Sin embargo, el mundial de la “Pulga” fue decepcionante, no convirtió ningún gol y la selección argentina fue goleada en cuartos de final por Alemania.
La Copa América de 2011 era la revancha apropiada, se jugaba en Argentina y Sergio Batista el nuevo director técnico del seleccionado, pretendía armar un equipo entorno al jugador Blaugrana. La fórmula del Checho fracasó y se vio una Argentina sin identidad que fue tempranamente eliminada en cuartos de final por Uruguay, quien se coronó campeón de aquella copa.
En el mundial de Brasil 2014 es donde el ganador de cuatro balones de oro estuvo más cerca de conseguir el anhelado título. Llegó como goleador de las eliminatorias sudamericanas, en Brasil realizó una buena fase de grupos, convirtió 4 goles y junto a su selección se instaló en la final. Se esperaba que en ese partido apareciera el jugador desequilibrante, ese que en Europa se saca a cuanto rival se le cruce por delante, sin embargo, nada de ello ocurrió y un discreto Messi era testigo privilegiado de la celebración alemana.

Sin duda para el máximo goleador en la historia de la Champions League junto a Cristiano Ronaldo, la Copa América 2015 será una revancha, como lo será también para muchos de sus compañeros, que componen una de las selecciones más abundante y rica de jugadores del mundo, pero que prolongan una sequía de 22 años sin títulos con la selección mayor.